Y por qué Nash no pudo evitar su muerte

Y por qué Nash no pudo evitar su muerte

La noticia la conocí a través de un trino del bloguero. En efecto, John y Alicia Nash murieron el pasado fin de semana en el más estúpido de los accidentes de tránsito, el taxi donde se desplazaba por la ciudad de New Jersey trató de pasar a alguien y se estrelló. Nash y su esposa que habrían muerto de manera inmediata no llevaban puesto su cinturón de seguridad. La noticia ha conmovido a medio mudo en especial a la comunidad científica y a uno que otro matemático venido a menos y a algún filósofo despistado.

La noticia no pudo ser peor y no creo como dijo el bloguero en su trino que fuera una casualidad que en la semana anterior mi artículo hubiera sido sobre Nash, porque precisamente con sus avances en los cálculos matemáticos para Nash las casualidades dejarían de existir. La propia obra de Nash, con invaluables aportes daban el crédito suficiente para no morir como murió y menos sin dejar en claro cómo evitar este tipo de hechos fortuitos que impactan de manera negativa a la humanidad.

No deja de impresionarme el hecho de que esta noticia tampoco tuvo la trascendencia que debió tener, tratándose de quien se trató, prueba de ello es que se le dio más importancia al hecho de que Russell Cruff, quien interpretó a Nash en la película “Una Mente Brillante”, estuviera triste y acongojado que la noticia en sí de la muerte del prestigioso matemático.

Nash fue grande y su hazaña vas mucho más allá de haber luchado con éxito contra la esquizofrenia que padeció. En el año 1994, recibió el Premio Nobel de Economía por su análisis pionero de los equilibrios en la teoría de juegos no cooperativos. Pero, ante todo, Nash llegó a ser un matemático esencialmente original -como demuestran sus resultados, entre la geometría y el análisis-, y como tal, merecía el reconocimiento de su comunidad. Este año 2015 junto al matemático canadiense Louis Nirenberg, el pasado 19 de mayo, recibió de manos del Rey de Noruega el prestigioso Premio Abel. Preciso murió justamente después de recibir el premio. Defínanme entonces que es ironía.

Su legado es grande y desde luego en muchos aspectos diferentes, solo basta aprender dos lecciones que dejo en su experiencia de vida: las circunstancias nunca deben intimidarte y la inteligencia es una buena forma de lograr el respeto de los demás.

Fue un hombre superior a su tiempo, por esto la primera pregunta que me hice cuando supe su muerte fue el por qué carajos Nash a través de sus ecuaciones diferenciales parciales no lineales no pudo predecir su muerte. Es decir, porque si con sus cálculos a través de ecuaciones podía eliminar los hechos fortuitos gracias a que podía predecirlos entonces por qué carajos no pudo evitar su muerte. Si lo hubiera hecho y hubiera colocado las variables correctas en su ecuación de vida quizás esa noche hubiera utilizado el cinturón de su seguridad y evitado salir eyectado, o quizás no hubiera tomado ese taxi cuando llegó de recibir su premio de Noruega sino otro con un conductor que fuera más precavido al manejar, o quizás mejor no hubiera ido a recibir el premio  y se hubiera quedado esa noche fatídica en su casa. Nada de eso paso porque simple y llanamente no pudo predecir su muerte. Pero será que no. Por estas razones y muchos más, la muerte de Nash se convierte en un  enigma y no creo que haya sido un hecho meramente circunstancial, porque las cosas sucedieron de una manera muy extraña.

La pregunta trascendental seria entonces es hasta qué punto Nash fue un grande científico experto en teoría de juegos y en ecuaciones diferenciales parciales que no pudo predecir su muerte para evitarla o si la predijo y no pudo evitarla recordando aquella sentencia: nadie se muere en la víspera y el día que le toca nadie se salva.

Puede que el pasado sábado nefasto para la humanidad, en el taxi que les traía del aeropuerto tras su viaje a Noruega a recibir el premio, Nash en su momento de gloria, de la mano de su esposa, sentado en la parte trasera y mirando el cielo nocturno de New Jersey a través de la ventana, se sintiera satisfecho y reconciliado con la vida. Al momento siguiente, el taxista perdía el control y John y Alicia Nash salieron despedidos por el frente del taxi. Murieron en el acto. Que extraño y que absurdo.

Este quizás no sea el final de alguien sino el principio de algo que cambiara la historia de la humanidad cuando su legado sea totalmente comprendido. Porque ante todo es el legado natural de un singular y extraordinario ser humano que quizá se merecía algo más que la tristeza infinita de Russell Cruff.

YOD

Yebrail Haddad Linero

Yebrail Haddad Linero

Nativo de Ocaña. Es Abogado y Magister en Derecho de la Universidad Externado de Colombia. Se ha desempeñado como profesor universitario, asesor del Consejo Nacional Electoral, Director de Procesos Judiciales y Administrativos de la Gobernación de Cundinamarca, Personero y Alcalde de Ocaña, Director del Sistema Nacional de Bienestar Familiar y Asesor de Gobernabilidad para la Paz del Programa de Naciones Unidas.

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