El Sereno

Una tos del carajo, producto de los cambios del clima, me acompañó por estos días. Mi madre que me la escucho por teléfono a 600 kilómetros de distancia, se alarmo de inmediato y luego de darme una sarta de remedios caseros, me alcanzó a decir antes de colgar – Cuídate del “sereno”. Esta expresión, dicha con cierta angustia y que ya desde niño había escuchado, me puso a pensar algo: ¿y quién diablos es este “sereno” del que tengo que cuidarme y del que tanto las mamas en este planeta temen? Hasta donde alcanzo racionalmente a explicarme, pareciera que es una especie de espectro que intimida a toda la población y que deambula por todos lados al comenzar la noche hasta despuntar la madrugada. Pero entonces qué es exactamente el “sereno”, no hay una definición oficial ni en Wikipedia y mucho menos en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua. Siendo así y luego de consultar a expertos “serenologos” en el mundo, me aventuro a dar la primera definición de lo que es el “sereno”: una bruma impía y pertinaz que, según piensan algunas mamas, lleva consigo todo tipo de gérmenes incluyendo al de la locura. En teoría parece una imposibilidad. En la práctica es un hallazgo que sólo se les podía ocurrir a cuentistas nocturnos y lunáticos.

Aunque no lo crean, fui más allá y quise vivir la experiencia de conocer personalmente al “sereno”. Así que, en días pasados salí resuelto, después de la media noche, al parque más cercano de mi lugar de residencia, a conocer directamente y de una vez por todas al “sereno”. Camine por el parque y todo iba muy bien hasta que apareció el “sereno”: Surgió de pronto y de frente. Es una vaina inexplicable, como una bruma helada que se posa sobre tu cabeza y uno siente que el pecho se te dilata y la tos te sobreviene de golpe, entras en depresión y tristeza sin motivo alguno y abrigas un sentimiento profundo de soledad. Luego sientes el chiflón del aire que en forma vertical desciende sobre tu cabeza y que te recorre todo el cuerpo hasta los pies. Por último, todo el mundo comienza a darte vueltas a tu alrededor, primero con giros lentos y luego mucho más rápido y luego sientes que estas poseído sin remedio alguno por el “sereno” y que se va quedando dentro de ti como algo sobrenatural. Luego sientes la necesidad de vengarte de todo el mundo, es el germen de la locura que lleva consigo el “sereno”, y que tu poca capacidad de razonar ha sido arrebatada. Iban a ser las doce y media de la noche y sentía que iba a sucumbir aun a pesar de un extraño ánimo para luchar. Era mi instinto de conservación que luchaba sin tregua con el “sereno”. Al principio uno puede creer que no es más que un viento como tantos, pero no, es nada más y nada menos que el “sereno”. Cuando ya estaba a punto de desfallecer y casi tirado en el suelo, una señora como de ochenta años de edad con un perro pastor alemán arrastras que paseaba por el lugar, se me acerco y se me quedo mirando perpleja y me pregunto de un solo tajo: – y este pendejo que le paso? – . Me le quede mirando sorprendido y respondí como puede – me atrapo el “sereno”-

Volví al apartamento, ayudado por la octogenaria, que ya no solo llevaba el perro arrastras sino a mí también.
A la mañana siguiente uno tiene la impresión de que aquella bruma aterradora no es sino un asunto personal que la naturaleza tiene contra uno. Mi madre me dio un remedio casero, casi que un elixir en contra de las posesiones diabólicas del “sereno” y uno experimenta un alivio apenas comparable con una resurrección. Superada la experiencia atroz que pudo perturbar mi vida y ya con el sosiego interior para proseguir sin descanso solo les puedo decir algo: créanle a sus madres cuando les digan “cuídense del sereno”

YOD

Yebrail Haddad Linero

Yebrail Haddad Linero

Nativo de Ocaña. Es Abogado y Magister en Derecho de la Universidad Externado de Colombia. Se ha desempeñado como profesor universitario, asesor del Consejo Nacional Electoral, Director de Procesos Judiciales y Administrativos de la Gobernación de Cundinamarca, Personero y Alcalde de Ocaña, Director del Sistema Nacional de Bienestar Familiar y Asesor de Gobernabilidad para la Paz del Programa de Naciones Unidas.

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