Cuando uno cree que todo está inventado y que si acaso lo único que queda por hacer es mejorar o modificar invenciones ya probadas, basta con dar un vistazo a la tercera entrega del premio que hace poco otorgó la Revista MIT Technology Review en Español, a 10 colombianos menores de 35 años que se han destacado como inventores e innovadores tecnológicos, para convencerse de lo contrario y hasta de pronto preguntarse las razones por las cuales no fuimos cada uno de nosotros quienes hicieron las invenciones e innovaciones tecnológicas, toda vez que la sencillez y simpleza de los inventos premiados contrastan con su invaluable aporte y beneficio a la humanidad.
La Revista que a través de un panel internacional de expertos concedió el premio para el año 2015 a las 2 mujeres y 8 hombres de nuestro País, por presentar la mejor invención o innovación tecnológica, es publicada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por su sigla en Inglés) y es considerada la más antigua y una de las más importantes del planeta en materia de tecnología.
Quiero reseñar algunas de las innovaciones e inventos que fueron premiados, destacando por ejemplo el proyecto de Mauricio Betancur quien diseñó una plantilla para zapatos que absorbe las explosiones de las minas antipersonales cuando quiera que estas son pisadas.
La plantilla anti-minas que es de 6 milímetros de espesor y que pesa 90 gramos, se puede ajustar a todo tipo de zapatos y resiste el impacto de un artefacto que contenga hasta 50 gramos de explosivo, manteniendo intacta la pierna. Si la carga explosiva es superior, la plantilla logra evitar una mayor amputación de la extremidad.
Se espera que esta plantilla empiece a ser comercializada el próximo año, por medio de la empresa Marte, que fue fundada por Betancur en 2009, y cuyo precio de venta estará sobre los 120 mil pesos.
Por su parte, Daniela Galindo con tan solo 26 años de edad, creó un software que permite a personas con distintas discapacidades comunicarse con el resto del mundo.
El Software que está diseñado para aplicarse de manera personalizada, observando las necesidades de quienes se encuentran en condición de discapacidad, permite la comunicación de los afectados por el Autismo, el Síndrome de Down, la Parálisis Cerebral, el déficit cognitivo, la Sordera, la dificultad en el aprendizaje y en el habla.
Este proyecto que fue bautizado “Hablando con Julis” involucra una base de datos de 44 mil palabras que son presentadas al usuario en un conjunto de imágenes, palabras escritas, textos hablados y videos en lenguaje de señas a partir de las cuales construye una frase que es traducida por el computador al idioma escrito, hablado o gesticulado.
De otro lado, mientras el invento de Juan Carlos Guaqueta, permite recuperar las aguas residuales y reutilizarlas para regar los campos y producir al tiempo un abono que se puede utilizar como fertilizantes a partir de la depuración con lombrices; Camilo Herrera resultó premiado con el proyecto “Un litro de luz Colombia”, que facilita a través de unas farolas hechas con PVC y botellas de litro de gaseosa, utilizar la energía solar para iluminar zonas sin recursos por la noche, combinando de esta manera el uso de materiales reciclados con equipos electrónicos propios. Una de estas farolas proporciona luz hasta 28 horas continuas.
Vale la pena también resaltar que Daniel Ramírez se dio a la tarea de resolver el problema del trámite de pensiones en Colombia ya que con la creación del Punto de Atención Virtual un ciudadano ya no debe trasladarse a Bogotá para realizar su solicitud de pensión o entregarle poder a un abogado para que adelante el proceso, si no que basta con que acuda a uno de estos puestos que está provisto de una cabina con escritorio de video llamada, escáner para el envío de documentos e impresora para su recepción. El proceso innovador, que además cuenta con un sistema de verificación de identidad biométrico, ha permitido que cerca de 9 mil personas hayan tramitado su pensión en tan solo 20 minutos y sin costo alguno.
Alguna vez he soñado con poder inventar un traductor simultáneo que permita romper las barreras de la comunicación entre personas que hablan en diversas lenguas. Hasta lo he imaginado: sería un pequeño audífono con micrófono que los conversadores usarían y que facilitaría que hablando en su lengua natal fueran escuchados por los interlocutores en su idioma, por cuanto que un potente procesador conectado inalámbricamente por internet haría las traducciones en tiempo real. El dispositivo se llamaría Babel, y aunque seguro haría que aprender idiomas pasara de ser una necesidad del mercado a un tema meramente de cultura general, debo confesar que no tengo idea de cómo podría desarrollarse.
Sin embargo, los ejemplos de los inventores e innovadores colombianos del Siglo XXI, que he traído a colación a lo largo de este escrito, nos invitan a continuar soñando y buscando resolver problemas de la cotidianidad, de manera que si Meucci y Graham Bell no hubieran inventado el Teléfono, Alva Edison perfeccionado la bombilla y los hermanos Lumière el cinematógrafo, no podríamos gozar hoy en día de un Celular con cámara fotográfica y de video, y con linterna incorporada.
Y ¿Usted que sueña poder inventar?
