Verdades a medias

En algún momento de la historia de las tierras que hoy habitamos, entre tantas otras prohibiciones sinsentido, hubo una, recordada como el índice católico, que era algo así como una lista negra de textos que no podían leer. Si preguntara qué libro cree usted que se podía leer, muy seguramente diría que la Biblia, pero le cuento que ese era el libro más prohibido, pues la iglesia católica veía como una amenaza para sus dogmas, la libre interpretación; mas o menos era peligroso que la gente pensara.

Arthur Schopenhauer dijo: «Toda verdad atraviesa tres fases: Primero es ridiculizada, segundo, recibe violenta oposición, tercero, es aceptada como algo evidente». Y sí, así pasó con la abolición de la esclavitud, con el derecho al voto femenino, y para no ir tan lejos en el tiempo, aunque aún no ha sido aprobado en nuestro país, también ha pasado con el matrimonio igualitario, entre otras cosas.

La nuestra, sigue siendo una cultura dogmatizada, es por esta razón que preferimos descalificar y lavarnos la manos en lugar de discutir y dialogar; es por eso que hay un expresidente que todo el tiempo está lanzando agravios pero que a la hora del debate se levanta de la mesa junto a su séquito; es por eso que hay un procurador que cuando ya la iglesia dejaba leer, él seguía quemando libros, y ahora se dedica a la persecución en lugar de procurar la defensa de los derechos de todos, POR IGUAL; es por eso, que muchos prefieren la guerra.

En pleno siglo XXI, cuando la información está al alcance de todos, y cuando la globalización y la conectividad ya no dejan que nos tapen lo ojos, debemos atender el llamado a pensar en lo social y en lo que nos permite vivir con tranquilidad, dejar de creer y repetir las verdades que nos dicte cualquier persona; empiece por ahí, por entender que es una persona igual que usted, con la misma capacidad para pensar y valorar; si un expresidente dice que un proceso de paz es malo, dese la oportunidad de controvertir con alguien que piense distinto, por muy uribista que sea; si en la iglesia le dicen que vive en pecado porque no se ha casado, pregúntese si para su Dios es más importante que se case o que ame a la persona con la que comparte su vida.

Esta es una invitación para que no se deje manipular, los tiempos en que a nuestros aborígenes los engañaban con espejos, ya pasaron, ya no somos esa sociedad de la seducción de masas iletradas, ni estamos para ser títeres de sofistas adoctrinantes; por ahí siguen andando muchas verdades a medias, verdades que a muchos les cuesta la tranquilidad e incluso la vida; mi verdad en política es que la evolución de nuestra sociedad va encaminada a la igualdad y a La Paz y lo que hagamos como ciudadanos y desde el poder debe ser coherente con eso; y en lo religioso, que fue el otro tema que toqué, a mi Dios lo hace feliz lo que a mí me haga feliz siendo un buen tipo.

Jorge Luis Solano

@solanojorge

Yebrail Haddad Linero

Yebrail Haddad Linero

Nativo de Ocaña. Es Abogado y Magister en Derecho de la Universidad Externado de Colombia. Se ha desempeñado como profesor universitario, asesor del Consejo Nacional Electoral, Director de Procesos Judiciales y Administrativos de la Gobernación de Cundinamarca, Personero y Alcalde de Ocaña, Director del Sistema Nacional de Bienestar Familiar y Asesor de Gobernabilidad para la Paz del Programa de Naciones Unidas.

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